Arrels-Sant Ignasi atendió el año pasado 1.560 personas de las cuales 809 se encontraban en situación de sin hogar y 1.130 no contaban en ningún ingreso, una tendencia que está aumentando en los últimos 5 años. Así lo explicaron ayer en la rueda de prensa de presentación de la memoria del año pasado.

Esta entidad alertó también que cada vez atienden a personas más jóvenes que no tienen ninguna adicción y que las personas que les piden ayuda tienen un perfil más estructurado pero que se encuentran en una situación de exclusión.

Arrels cuenta con seis programas como por ejemplo el Centro Abierto, un centro de día que utilizaron 309 de los usuarios de la entidad. Otro programa es La Botigueta o servicio de distribución de alimentos con 3.537 beneficiarios, 86.250 kilos de alimentos provenientes de la UE y 6.017 fiambreras gracias a la colaboración de 6 centros educativos. Además también hacen una prevención de las enfermedades de transmisión sanguínea para personas toxicómanas y se distribuyeron 9.423 jeringas. La reinserción es otro de los programas, en este caso se atendieron a 12 personas con problemas de adicciones, de las cuales, 4 lograron un piso de alquiler y encontrar trabajo. Otro proyecto es la Unidad Dependiendo del Segrià, una unidad de convivencia para mujeres en situación de privación de libertad y donde se favorece su inserción sociolaboral y familiar. Se atendieron 22 mujeres. Arrels-Sant Ignasi dio las gracias a 166 voluntarios que colaboran para que estos programas tengan una continuidad y se puedan llevar a cabo.

Por todo ello, esta entidad se plantea tres retos: seguir trabajando a través de la Red de Entidades Cristianas en materia de vivienda digna, colaborar con los administraciones para el diagnóstico y seguimiento de la salud mental de los usuarios y buscar estrategias para evitar la cronificación de las situaciones de vulnerabilidad trabajando también en la prevención.