Tipus
Cerca de vosotros (Obispo Salvador)
Autoria
Producció
Fecha publicación: 
Dom, 01/06/2019

Queridos diocesanos:
En nuestro calendario la fiesta de los Reyes Magos tiene una referencia clara hacia los niños que esperan recibir regalos de los mayores. Es una tradición muy popular con fuertes resonancias familiares por lo que significa de prestar atención generalizada con obsequios y gestos a los seres queridos. Hunde sus raíces en los textos del evangelio cuando narran la adoración que unos personajes, venidos de oriente, rinden a Jesús, recién nacido y le regalan oro, incienso y mirra.
Aunque los adultos nos sentimos agradecidos ante las muestras de cariño de los semejantes y sobre lo que podríamos escribir mucho, me parece que hoy toca hablar de los niños, de su mundo interior, de su educación, de sus ámbitos de juego, de sus capacidades relacionales, de los lugares donde transcurre su vida, etc. Como ven, demasiada pretensión para un comentario como éste. Por eso me quiero referir a los tres espacios donde el niño nace y se desarrolla: la familia, la escuela y la parroquia. Soy consciente de que hay otros aspectos y lugares que influyen poderosamente en su crecimiento y que le pueden ayudar o perjudicar: la calle, los amigos, la televisión y el uso de internet o los aparatos telefónicos, las nuevas tecnologías. Pero los dejamos sólo enumerados y nos centramos en los tres anteriormente citados.
En primer lugar, la familia. Es una institución reconocida desde siempre como una importante transmisora de valores básicos a sus miembros y ayuda a favorecer y fortalecer emociones, actitudes y convicciones. También en el acompañamiento de la fe que profesan y celebran.
En segundo lugar, la parroquia. Es un espacio fundamental para el desarrollo de la fe cristiana que la familia se ha encargado de sembrar en sus corazones. La parroquia es una institución que colabora con los padres en la educación cristiana que consiste en aprender, celebrar, orar, comportarse, incorporarse como miembros de la familia y saber dar testimonio de esa misma fe a los demás. En todas las parroquias existen espacios para hacer realidad esta acción educadora, indispensable para todos sus miembros y con dedicación preferente para niños y jóvenes.
En tercer lugar, la escuela. Es una institución que contribuye de manera significativa al proceso de socialización de los alumnos, comprensión de la civilización que han recibido de sus antepasados y a la transmisión de todo aquello que engloba la cultura en su más amplio sentido. Pueden encontrar, por supuesto, elementos que configuran una síntesis orgánica y explicitada entre su fe y los conocimientos científicos, artísticos y sociales aprendidos.
Pido a Dios que a todos los niños les traigan ese regalo tan fundamental para sus vidas. Que tengan una estabilidad familiar para que el amor y la comprensión les ayude a crecer de modo equilibrado; que tengan un ambiente parroquial propicio para aprender a vivir su fe, sintiéndose   acogidos, queridos y educados en las virtudes cristianas; que tengan una escuela respetuosa con todas las propuestas educativas, coherente en las actitudes personales, abierta a la colaboración de los padres y con docentes que antepongan el amor a sus alumnos a cualquier circunstancia profesional o social que legítimamente descubran.
Esta petición no quiere ser una nueva carta a los reyes magos cuyo contenido no se conseguirá cumplir. Desea que todos los niños, de cualquier país, cultura o ambiente socio-económico crezcan con adultos que hagan realidad esta imperiosa necesidad.
Con mi bendición y afecto   +Salvador Giménez, bisbe de Lleida.