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Cerca de vosotros (Obispo Salvador)
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Fecha publicación: 
Vie, 03/23/2018

Apuntarse a religión en la escuela Es posible que algunos lectores no estén del todo a gusto con el tratamiento dado a la religión católica en la escuela. Las razones esgrimidas por los diferentes grupos sociales o por determinados individuos serían diversas y, por supuesto, contra rias entre sí.

Algunos llegarían a borrar la asignatura del currículum escolar. Por el contrario, otros, siguiendo el sentir y la realidad escolar de muchos países europeos, manifiestan su opinión de que es una materia que completa la educación integral de los alumnos y favorece la comprensión de su propia historia y de su propio mundo. Las razones de quienes abogamos por la presencia de la enseñanza religiosa escolar son variadas y, según mi criterio, de mucha consistencia.

Empecemos por delimitar el campo de nuestra atención con una sintética definición o descripción. Podemos afirmar que la enseñanza religiosa escolar es una mediación eclesial para transmitir los conocimientos de la fe y al servicio de la evangelización. Su peculiaridad consiste en presentar el mensaje y acontecimiento cristiano, en sus elementos fundamentales, en forma de síntesis orgánica. Una presentación explicitada de modo que pueda entrar en diálogo con la cultura y ciencia humanas, a fin de procurar al alumno una visión cristiana del hombre, de la historia y del mundo, y abrirle desde ella a la cuestión del sentido últi mo de la vida.

La enseñanza de la religión enriquece al alumno en tres aspectos importantes para la formación de la persona: le brinda motivos para vivir (por qué y para qué), le ofrece valores morales a los que adherirse, y le indica caminos para orientar su comportamiento. Constituye una aportación específica al desarrollo de las capacidades espirituales, religiosas y morales y, en consecuencia, a la fundamentación de los valores morales, las virtudes cristianas y la opción por el bien y la verdad.

Es cierto que la educación de nuestros niños y jó- venes se da en tres ámbitos, que se complementan y enriquecen: la familia, la escuela y la parroquia. Este era el argumento de un documento episcopal del año 2013, y que en este escrito tratamos de resumir. Los padres interesados en la materia podéis recurrir a sus páginas. Fortaleceréis las razones de la opción por la asignatura de religión, que personalmente os aconsejo y que la normativa legal actual permite. No os voy a cansar con la cita de disposiciones legales que a lo largo de los años han emitido las autoridades administrativas y académicas. Tampoco recordar los artículos de la Constitución, tantas veces invocados y que algunos pretenden ignorar. Hay mucha legislación que fundamenta la correcta aplicación de la asignatura de religión en la escuela. Sólo hace falta voluntad para aplicarla sin tensiones innecesarias ni trampas administrativas.

Hago una llamada a los padres y a los alumnos con capacidad de opción para que completen su educación con la amplia mirada de la cosmovisión cristiana. Resumo los objetivos específicos que se pretenden conseguir en la religión católica escolar: elaborar un itinerario básico y complementario de educación en la fe, analizar los elementos de la cultura contemporánea, promover el conocimiento de la persona, la obra y el mensaje de Jesucristo, fundamentar la educación en valores y virtudes a partir del Evangelio, analizar y responder a las cuestiones fundamentales propias de la infancia, adolescencia y juventud, promover y facilitar la incorporación a la comunidad creyente y que se solidariza con los grandes problemas de la humanidad, iniciar y valorar la interioridad de los alumnos descubriendo la oración como un elemento básico de sus vidas. Un gran programa al que vale la pena apuntarse y seguir en la escuela.

† Salvador Giménez Valls Obispo de Lleida