El pasado sábado, 8 de mayo, en la Salle Bonanova de Barcelona, se reunieron más de medio millar de religiosas y religiosos convocados por la Unión de Religiosos de Cataluña (URC).

Representan el principal activo pastoral de Cataluña, que cuenta con más de 6.500 miembros de las diversas instituciones de vida consagrada.

Una celebración que no ha dejado al margen las dificultades de la vida consagrada en Europa, como la disminución de efectivos, el envejecimiento y la carencia de vocaciones. "Un tiempo que nos resultan difíciles de comprender", ha dicho el arzobispo Santiago Agrelo en la misa que abrió la celebración del sábado. Un tiempo en que "Jesús como político no se llevaría ningún voto" porque en vez de basarse en la demoscopia "te pide la vida".

La eucaristía ha estado presidida por una de las frases que el papa Francisco ha dirigido a los religiosos en la convocatoria del Año de la Vida Consagrada que este año celebra toda la Iglesia: "Es necesario mirar el pasado con gratitud, vivir el presente con pasión, y abrazar con esperanza el futuro".

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