El pasado domingo, 18 de febrero, a las 5 de la tarde, los arciprestazgos "Seu Vella" y "Periferia" de Lleida peregrinaron a Balaguer, un año más, para hacer el viacrucis que va desde la falda del santuario hasta la iglesia del Santo Cristo. 

Y un año más, como cada primer domingo de cuaresma, el santuario se ha vuelto a llenar de peregrinos que han querido meditar haciendo el camino del calvario que hizo Jesús. 

Se inició con una invitación a la oración, dado que el viacrucis es una auténtica oración, ya que las diversas estaciones son páginas de la vida de Jesús y transmiten vida.

A continuación comenzó la subida a la montaña de manera pausada, para poder meditar sobre cada una de las estaciones. En cada estación se leyó un pasaje evangélico y una reflexión adecuada, que todo el mundo pudo seguir sin dificultad gracias a la megafonía instalada para la ocasión. También ayudaron a la reflexión los cantos y la contemplación de las esculturas que forman las estaciones.

Entrando a la iglesia se cantó el Credo, que dio paso a la XV estación y una invitación a vivir en la vida de cada día las lecciones aprendidas en el viacrucis. Una vez en el santuario, el rector Mn. Pau, dio la bienvenida a los peregrinos, y tuvo un recuerdo para Mn. Joan Mora, uno de los iniciadores de esta actividad pastoral y que murió el domingo anterior.

Invitó a todos a hacer el camino de cuaresma teniendo presente el final del camino, que siempre es Jesús resucitado. El obispo Salvador, que cada año participa, manifestó su satisfacción porque las parroquias y arciprestazgos se unen para hacer actividades, al tiempo que pedía que las parroquias sean siempre acogedoras y misioneras para presentar a Cristo como camino, verdad y vida.

También él tuvo un recuerdo para Mn. Mora y los demás sacerdotes que han muerto en el último año al Obispado: Mn. Joaquín Lax, el P. Joan Suñol, Mn. Julio de León, Mn. Mateu Freixes y Mn. Josep Martí. Pidió que se rece por las vocaciones sacerdotales, pues el Pueblo de Dios necesita ministros que animen las comunidades cristianas. Y a continuación, impartió la bendición. Mientras las hermanas Clarisas que atienden el santuario iban cantando, todo el que quiso subió al camarín a venerar la imagen del Santo Cristo.

Conxita López Torres