Este ha sido nuestro objetivo que nos hemos propuesto desde el principio de curso con los hombres jóvenes africanos que tenemons acogidos en los dos pisos de Cáritas parroquial  de Alcarrás.

Una de las actividades que hoy queremos compartir con vosotros es el Huerto Solidario.

Fue una iniciativa que

al principio nos parecía irrealizable, pero, poco a poco, y desde la solidaridad de algunos voluntarios, conseguimos, primero, un pequeño terreno cerca del pueblo, y, después, un grupo de jóvenes de una parroquia de Lleida se comprometió a enseñarnos y a colaborar.

Partimos de cero: limpiar las hierbas y piedras, medir, seleccionar semillas… Con ellos dimos los primeros pasos.

Cuando hizo falta más experiencia, dos agricultores jubilados de la parroquia nos aportaron su sabiduría y su tiempo: conseguir que los chicos trabajaran con orden, que los márgenes quedaran derechos, que las plantas tuvieran humedad…

El riego fue el siguiente paso, la regadera ya no nos servía. Este sí fue un trabajo de equipo: los nueve chicos, más algunos voluntarios trabajando a la vez. La conducción del agua con tubos bajo tierra quedó perfecta. Hemos experimentado lo de San Pablo: uno planta y otro riega, pero sólo el Señor hace crecer.

En este caso, además de lechugas, habas, patatas, espinacas… ha crecido la responsabilidad, la colaboración, la solidaridad, la interculturalidad… Los frutos serán también compartidos y repartidos, porque “muchos” hemos movido y removido la tierra y el abono.

La palabra “nuestro” es la que más veces hemos repetido. Por eso estamos contentos hasta del nombre: "Huerto solidario", que está siendo mucho más que un trozo de tierra. Nuestro “para que tengan vida” es el deseo de transmitirles que el trabajo conlleva responsabilidad, interés por superarse, ayuda y colaboración.

Por otro lado, lo que aprendan les servirá a corto plazo. En una zona agrícola como esta, siempre les será útil para trabajar, pudiéndolo aplicar también en sus países cuando vuelvan. Por eso nuestro empeño.

La ecología es otra de nuestras metas. La naturaleza nos devuelve con creces los esfuerzos que volcamos en ella. Ya hemos empezado a probar los frutos y creemos que ha merecido la pena.

Quedáis todos invitados a comer habas con “salaillas”, calamares de campo o tapa de espinacas con pimientos.

Cáritas parroquial de Alcarràs