Diversos
Lloc de naixement: 
Calzadilla de los Hermanillos (León)
Anys naixement-defunció: 
1913 a 1936
Martir / Beat / Sant

Nacimiento y la familia de Argimiro

    El 29 de julio de 1913 nació Argimiro en Calzadilla de los Hermanillos, provincia y diócesis de León. Sus padres Perfecto y Tomasa, tuvieron ocho hijos en matrimonio: a todos los educaron cristianamente. Argimiro fue bautizado el 3 de agosto ese año, en la iglesia parroquial de San Bartolomé, apóstol. Recibió el sacramento de la confirmación  el día 1 de mayo de 1915, de manos del obispo de León, en la misma iglesia en la que fue bautizado. El día de la Ascensión año 1920 recibió su primera comunión.

 

El pueblo natal Argimiro en donde permaneció hasta los trece años

    Calzadilla de los Hermanillos, un pueblo en a ruta jacobea, pertenece al ayuntamiento de El Burgo Ranero, en el partido judicial de Sahún.  En los inicios del siglo XX, tenía menos de cuarenta vecinos y en su escuela había una treintena alumnos. Situada en un hermoso valle, dispone de terrenos de buena calidad para el cultivo de cereales. La cría de ganado ayudaba bastante a las economías familiares. Argimiro creció en este sencillo ambiente hasta que casi tuvo trece años.

 

Ingresa en el seminario y emite su primera profesión en el Instituto marista

El 7 de marzo de 1926 ingresa en el seminario marista de Venta de Baños (Palencia), desde donde se traslada, en julio de 1927, a Blancotte (Francia), para proseguir sus estudios y aprender el francés. El 13 de septiembre de 1930 pasa al noviciado de Tuy (Pontevedra); en él, viste el hábito marista el 19 de marzo del año siguiente, recibiendo el nombre de H. León Argimiro. El mismo día del año 1932 emite sus primeros votos anuales. Aquí, no pudo entregarse de por vida a Dios, porque, antes de que pudiera emitir sus votos perpetuos, fue vilmente asesinado: la donación de su vida a Dios en el martirio fue su consagración definitiva.

 

Su corto itinerario educativo

En septiembre de 1932, fue enviado al colegio San José de Madrid, que se hallaba situado en la calle Fuencarral, n. 126. Éste fue su único destino. Mientras se encontraba en esta comunidad, tuvo que cumplir el servicio militar, como soldado, en el cuartel de la Montaña. Al mismo tiempo, en los ratos libres que le dejaba la milicia, prestaba en el colegio un buen servicio al ayudar en las clases.

 

Detención a los miembros de la comunidad. Martirio

El 20 de julio se presentó en el colegio de la calle Fuencarral un grupo de milicianos. Después de tirotear la casa durante un buen rato, penetraron en ella y detuvieron a los hermanos que encontraron a su paso, custodiándolos en la portería, pistola en mano, y manteniéndolos con las manos en alto. El H. León Argimiro -que no se había percatado de lo que ocurría-, sorprendido por uno de los grupos de milicianos que recorrían la casa, fue detenido y conducido también a la portería. Mientras tanto, se había producido una fuerte discusión entre los milicianos y un sirviente del colegio y aquéllos le pegaron un tiro. Al ver el cuerpo exánime, el H. León Argimiro se desmayó. Los milicianos lo increparon por su supuesta cobardía, lo metieron en un coche -el «auto amarillo» lo llamaban ellos, por el color del coche- y se lo llevaron. El 21 de julio de 1936  lo asesinaron en la Casa de Campo de Madrid.

 

Su perfil de educador  cristiano

En su vida corta vida docente fue un dechado de virtudes; como religioso, vivía con plenitud la vocación a la que había sido llamado; como profesor, se mostraba atento y cariñoso con sus alumnos y tenía una conducta ejemplar con todos y en todo. Contribuyó  en las medidas de sus posibilidades a la formación humana y cristiana de sus alumnos, en los que dejó la impronta de un auténtico educador. Como educador religioso  destacó por sul celoso, trabajó activamente con los niños y los jóvenes, a quienes dio ejemplo de entereza y de vida cristiana. Era un joven muy alegre, en el mejor sentido de la expresión, y joven murió -con sólo 23 años-, en el despertar a una vida plena, que él entregó con generosidad por Dios en su martirio.

                                                                                                          Benigno GIL