|04-03-24| Unas sesenta personas asistieron el 2 de marzo a la XXVIII Jornada de pastoral penitenciaria de los obispados con sede en Catalunya, que tuvo lugar en la Casa de la Iglesia-Academia Mariana, en la que recibieron formación, intercambiaron experiencias y valoraron cuestiones a mejorar. La jornada estuvo convocada por el Secretariado de Pastoral Penitenciaria de Barcelona (SEPAP), por los Secretariados Diocesanos de Pastoral Penitenciaria de los Obispados en Catalunya y las Capellanías de prisiones e iba dirigida al voluntariado de prisiones y a cualquier persona que pudiera estar interesada.

 

Durante la jornada, el secretario técnico jurídico del CP. de Jóvenes, Roberto Martín Alfonso, hizo una conferencia sobre "Extranjeros en la prisión". Respecto a esta charla, el delegado de la pastoral penitenciaria de Lleida, Mn. Dinís Mario Adriano, explicó que "habló sobre las extradiciones de los internos, en la que la mayor parte de las veces se hace por vía judicial porque los presos tienen más de cinco años de condena, puesto que sino es administrativa. En estos casos, se estudia el país donde el interno tiene que ser extraditado y si supone un peligro para él como una posible ejecución o, por otro lado, si allí tiene apoyo de su familia. En los casos complicados, se pretende que se quede en España y, una vez cumpla la condena, se le dé el NIE para que pueda trabajar". En este sentido, Mn. Dinís destacó que "nosotros hacemos de puente entre la familia y el interno y hacemos una valoración sobre cuál es la mejor opción". En los casos en que se hace efectiva la extradición "intentamos acelerar el proceso con los abogados de la pastoral penitenciaria". A veces, lo que pasa es que se acaba el tiempo en que el preso tiene que ser extraditado, se le acaba la condena y esta persona se encuentra en la calle, "por lo que nosotros somos uno de los medios a quienes pueden acudir para mejorar su situación", explicó Mn. Dinís.
 
Después de la conferencia, el obispo Salvador celebró una Eucaristía concelebrada por los curas de prisiones y, posteriormente, tuvo lugar una mesa de experiencias sobre la vida de un funcionario de prisiones, la fe y la catequesis en la prisión y la enfermería en la prisión. Mn Dinís explicó que "los funcionarios se dieron cuenta de la importancia de la comunicación de los internos con sus familias o amigos durante la pandemia, cuando a los extranjeros se los permitió por primera vez hacer videollamadas, puesto que nunca tenían la opción de un vis-a-vis porque la familia estaba en su país". También se habló sobre como la catequesis puede ser una esperanza para los internos; que en los casos en los que los presos no tengan a nadie, las parroquias les envían cartas; o sobre las ayudas económicas y materiales que se les da, como ropa. Mn. Dinís, añadió que también se hacen cursos para revivir la fe y de sanación y que en el Centro Penitenciario de Ponent acuden unos 40 de los 700 presos, puesto que la mayoría son de otra religión.
 
En Lleida, la pastoral penitenciaria que lleva la parroquia de la Merced tiene dos pisos de 8 plazas, uno para hombres y uno para mujeres, y que generalmente es para internos que reciben permisos y que durante unos días o semanas pueden dormir fuera de la prisión.