La primera encíclica del pontificado del papa Francisco tiene por título Lumen Fidei (La luz de la fe) y la componen cuatro capítulos más una introducción y una conclusión. En 82 páginas se completan la reflexión sobre las virtudes de Benedicto XVI a las que papa Francisco ha realizado algunas aportaciones.

La necesidad de recuperar la luz de la fe para iluminar la existencia. “Quien cree, ve”, asegura el Papa. El año de la fe coincide con el 50 aniversario del Concilio Vaticano II lo que, demuestra a juicio del pontífice, que aquel fue un concilio de la fe. La fe es un don gratuito de Dios que exige la humildad y el valor de fiarse y confiarse.

El Papa Francisco dedica el primer capítulo –Hemos creído en el amor–, a presentarnos la fe de Jesucristo, el verdadero “testigo fiable” que revela cómo es Dios y que nos ayuda a verlo del modo en que él mismo lo veía, como Padre. Pero la fe no es sólo conocimiento, “es un don gratuito de Dios que exige la humildad y el valor de fiarse y confiarse, para poder ver el camino luminoso del encuentro entre Dios y los hombres, la historia de la salvación”.

Si no creéis, no comprenderéis, es el título del segundo capítulo. Más práctico que el anterior, aborda la relación entre “fe y verdad”, y también entre “fe y amor”. El Papa Francisco advierte que “la fe, sin verdad, no salva. Se queda en una bella fábula, la proyección de nuestros deseos de felicidad”. Al mismo tiempo, se traduce en amor a Dios y a los demás. Por eso, la fe no es intransigente, y el creyente no es arrogante, sino que practica de modo natural el diálogo.

El capítulo tercero –Transmito lo que he recibido– se centra en la evangelitzación, pues la fe es para difundirla, y en el modo en que todo se refuerza gracias a los sacramentos del bautismo y la eucaristía.

El cuarto y último capítulo –Dios prepara una ciudad para ellos– se refiere al bien común, es decir, al modo de organizar la sociedad según los criterios de la fe, con detalles sobre el modo de vivirla en la familia fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer, en las relaciones sociales, en el respeto a la naturaleza –que es manifestación de Dios- y en los momentos difíciles del sufrimiento y de la muerte.

Si queréis descargaros la encíclica Lumen Fidei al completo, podéis hacerlo a través del pdf adjunto.

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