Con una jornada de convivencia hemos iniciado el curso las comunidades de Vida Consagrada de Lleida. ¿Lugar elegido? El monasterio de Poblet. Diferentes actividades jalonaron la jornada. La iniciamos con una visita guiada al

conjunto monumental. Lucía un sol espléndido, por fuera y por dentro.


La reflexión- coloquio, dirigida por al abad tuvo dos componentes: nos informó sobre su género de vida y confrontó el nuestro. Como conclusión, sobresalieron dos valores: poner nuestro empeño en el crecimiento personal de la fe y dejar que se refleje en la dimensión más humana de nuestra vida personal.


La Eucaristía, en la ermita contigua, resultó, como siempre, el corazón del encuentro. A ella siguió una sesión de comunicaciones sobre proyectos comunes, así como sucesos de interés, vividos por algunas comunidades. El almuerzo fraterno puso punto final a nuestra estancia en el monasterio.


 Nos acompañó nuestro obisp así como también dos miembros de la URC. Como remate de la jornada visitamos los viñedos y la exposición de vinos Milmanda, siglos atrás vinculados al monasterio. Gozamos de la belleza del entorno, así como de las atenciones de los propietarios.


Hermana Ester Diaz.