Con el consuelo del testimonio de su vida vivida en el seno de la fe en la Iglesia, ha muerto Mn. Bonaventura Pelegrí Macarulla. Su óbito ha tenido lugar hoy, día 5 de diciembre de 2006. La noticia dolorosa y esperanzada ha corrido como un reguero de agua fresca, agua de “un bautizado”, que anima el Espíritu reavivando la esperanza de la fe en todos: familiares y amigos de Mn. Ventura como era de todos conocido.

Han sido 84 años de vida, de los que 53 de sacerdocio al servicio, en el Espíritu del Evangelio, de la promoción del laicado. Con su especial sentido profético penetró el misterio de la Iglesia desvelando en la conciencia diocesana la importancia y necesidad de la acción de los laicos.

Mn. Ventura, prócer en el espíritu en Lleida, insigne sacerdote de nuestro Obispado, canónigo de la Catedral, Capellán de Su Santidad, estaba en posesión de la medalla de plata de la ciudad, i oro de la Universidad de Lleida. Nacido en Lleida, en el seno de una familia cristiana -era el octavo de catorce hermanos-, el 28 de marzo de 1922, bautizado al siguiente día y confirmado el día 1º de abril del mismo año, cursó los estudios eclesiásticos en el Seminario de Lleida, siendo ordenado presbítero el 28 de febrero de 1953.

Redactar la semblanza de Mn. Ventura es muy arriesgado, son muchas las cosas que podrían quedar sin decir. Su vida ha sido tan generosa y dada al servicio de la Iglesia, que se hace difícil relacionarlo todo. Antes de ser sacerdote había sido empleado de banca y trabajador en Correos, etapa de la vida de la que se sentía muy orgulloso, y podemos decir que esta experiencia directa del mundo del trabajo le sirvió de mucho, después, en su acción pastoral y por su educación y sensibilización de su conciencia social.

Cuatro etapas marcan la vida sacerdotal de Mn. Ventura. Una primera de sacerdote en Lleida, que va del año 1953 a 1962, hasta que emprende el vuelo a Cali, Colombia. En sus años en Lleida fue coadjutor de la parroquia de San José y San Martín, prefecto de disciplina en el Seminario Menor, consiliario del Apostolado Obrero. Su celo y su compromso social le llevarán a Cali, Colombia.

La segunda etapa transcurre en Colombia, en la archidiócesis de Santiago de Cali, uniéndose al grupo de sacerdotes de Lleida que ya hace algunos años que están allí y aún permanecen. En Cali es nombrado coadjutor de la parroquia de San Pedro Claver, con dedicación especial a la JOC -Juventud Obrera Católica-, a la ACO -Acción Católica Obrera-, y director de los Centros parroquiales Independencia y Gualbal. De abril de 1964 a septiembre de 1966 es Consiliario archidiocesano de la JOC y de la JOCF -Juventud Obrera Católica Femenina-, y trabaja en la Acción Católica. Desde abril de 1964 a enero de 1969 es Consiliario de los Equipos Universitarios de Colombia. 

En una tercera etapa le encontramos con tareas ministeriales a nivel internacional, de servicio a la Iglesia universal. De diciembre de 1966 a enero de 1969 es miembro del equipo de consiliarios para América Latina, zona de Venezuela, Colombia y Ecuador. De 1969 a 1972, le encontramos en Friburgo y en París como Asistente Eclesiástico General del movimiento internacional de estudiantes católicos -MIEC- PAX ROMANA-, y Presidente de la Comisión Pastoral Universitaria de la Conferencia Episcopal Latinoamericana -CELAM-; razón por la cual viaja con frecuencia a los países del tercer mundo, para conocer y animar la acción de los equipos de los diferentes movimientos.

Finalmente en una cuarta etapa le encontramos ya de regreso a Lleida, el año 1985, donde no deja de trabajar para la promoción del laicado, tarea que desarrolla con entusiasmo junto con la aplicación del Concilio Vaticano II. Mn. Ventura es un sacerdote del laicado a favor del cual gasta todas sus energías y saber pastoral. 

También en Lleida, fue Delegado Diocesano de Pastoral de Adultos, miembro del Colegio de Consultores, miembro de la Comisión Diocesana del Concilio Provincial Tarraconense, Vicario General de Pastoral; Delegado Diocesano de Apostolado Seglar, Miembro de la Unidad Pastoral de las parroquias de la Virgen del Carmen, San Juan Bautista y San Pedro Apóstol, de Lleida. 

Por todos estos trabajos y otros que quedan en el silencio y en el conocimiento de Dios, gracias Mn. Bonaventura Pelegrí Macarulla; en el cielo con Dios, intercediendo la Virgen María, vela por el laicado de la Diócesis de Lleida y por toda la Iglesia, fiel a tu amor por el Evangelio. Mn. Ventura deja una huella en la historia del Obispado y de la Iglesia Universal.

 Descanse en paz.