Los miembros del Consejo Pastoral del Obispado se reunieron este miércoles 26 de octubre para encarrilar el último curso del Plan Diocesano Pastoral, que empezó el 2020 y finaliza el próximo verano del 2024 con el objetivo de evangelizar con proyectos y actividades.

 

Así, los asistentes a la sesión se mostraron dispuestos a poner en marcha los consejos de pastorales arciprestales, un organismo que contaría con representantes laicos de todas las parroquias del arciprestazgo para poder andar hacia la creación de auténticas comunidades que puedan desde encontrarse después de las misas de los domingos, hasta planificar las diferentes actividades e inquietudes que pueden afectar a las mismas (Vía crucis cuaresmal, encuentros de familias de los niños de catequesis o invitar a la participación de Navidad, Reyes, Ramos o la Pasión) con el fin de estar abiertos a las personas, sean creyentes o no. Los miembros del consejo consideraron necesaria esta corresponsabilidad entre los miembros de las parroquias y formar comunidades, puesto que así todo el mundo se puede sentir miembro de la Iglesia. Se consideró muy importante atender la pastoral hacia los jóvenes. También se propuso que los padres de los niños que inicien la catequesis de la Primera Comunión, también acudan con el fin de que haya una continuidad pastoral a casa y se esté atendiendo el primer anuncio del Evangelio a todas las familias.

 

Entre otros temas, se sugirió realizar una formación y común de los presbíteros y los laicos en torno a la sinodalidad realizada en un arciprestazgo, plantear espacios presenciales de formación entre varias instituciones del Obispado y compartir entre ellas el que se hace.

 

Además, en este último curso del Plan Pastoral se recomendó organizar formación para laicos de cara al hecho que asuman el ser corresponsables en la gestión de la comunidad: economía, toma de decisiones compartida, estilo y objetivos de la parroquia; potenciar, renovar e impulsar las cáritas parroquiales; promover en cada parroquia un grupo de formación teológico-bíblica o de catequesis de adultos o detectar las nuevas vulnerabilidades (adicciones, dependencias, soledades, jóvenes, discapacidades...) presentes en el entorno parroquial o arciprestal.